domingo, 28 de noviembre de 2010

Y ya no distingo la realidad de los sueños… En los dos lados es todo tan perfecto que es casi imposible encontrar diferencias. Pero, ¿la realidad? Sí, todo es muy bonito hasta que cambia. Hasta que esa NIÑA de enorme corazón, lleno de un sentimiento dirigido a una única persona, deja de recibir la dosis mínima de amor que necesita para ser feliz; hasta que deja de sentirse querida; hasta que las palabras de los demás, que nunca habían conseguido herirla, la hunden en la tristeza y el desespero; hasta que se siente deprimida; cuando nota que esa persona ya no la cuida lo suficiente; hasta que se da cuenta de que la llama del amor se apagó.


La verdad, cada noche rezo para que ese momento no llegue otra vez a esta niña enamorada. Un corazón aún joven e inexperto como este no aguantaría una segunda caída. No dejes que caiga, confío en ti.

todoloquesient0*

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